No es tiempo de quejarse, sino de protestar.
Hay demasiado en juego, está tan en entredicho España y pende de un hilo tan fino nuestro futuro, que sería delito dejarse llevar por la congoja o la melancolía.
Antes de enzarzarme es esto tan divertido que es Periodista Digital, estuve más de treinta años dando tumbos por el mundo, saltando frenéticamente de un punto a otro del Planeta, para cubrir como reportero guerras y desastres provocados casi siempre por la estupidez humana.