Francisco Franco habla en público por última vez. El dictador español se dirige a sus fieles en un acto en Madrid convocado en apoyo al régimen mientras el resto del mundo repudia el fusilamiento de cinco presos políticos. Morirá cincuenta días más tarde. Ese mismo día, en la capital española, son asesinados cuatro policías por una pequeña organización: Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO).