Por primera vez en la historia de la reciente democracia en España, un gobierno se enmienda la plana a sí mismo y modifica, rectifica, una ley promulgada por ese mismo gobierno y además en un brevísimo plazo de tiempo. Lo que era bueno hace cuatro meses, 'la ley más feminista', decía Sánchez con camisa balinesa, ahora ha suscitado 'efectos indeseados' que les urge modificar. El 'sin embargo' eres tú, Pedro Sánchez, no la ley ni sus efectos.
Ahora escuchamos declaraciones como las de una vicepresidenta como Carmen Calvo, que se va a la Cadena SER a contar las deliberaciones del Consejo de Ministros, en las que se reconoce que esto se había advertido. ¿Y para qué la sacaron adelante? O no tuvieron celo para pararle los pies a estas 'niñatas', enfermas de odio o de sectarismo, o prevaricaron, o lo hicieron por interés electoralista. La anomalía más grave de este gobierno es haber cambiado legalidad por gobernabilidad. Es el resumen de los cuatro años, camino de cinco, que llevamos aguantando al 'figura'.