España va bien, se decía en tiempos de José María Aznar. España debe de seguir yendo bien, en opinión del figura y de sus 22 ministros, con él 23, miembros del gabinete, porque tras una durísima negociación, de un 'ten con ten' fuerte, con ellos mismos, se han subido el sueldo... ¡un 4 por ciento! A los funcionarios públicos, al paisanaje que trabaja en la Administración les van a subir un 3,5 por ciento, pues ellos en la misma proporción... más una propina. ¡Bien!
Si tenemos en cuenta que la inflación está en un 9 por ciento, aún les queda, pero que se lo digan al resto de los mortales. A los que en el sector privado, autónomos ya ni hablamos, ven como su poder adquisitivo va cayendo año tras año, mes tras mes, y lo que te rondaré.
Los políticos en España no están bien pagados, se dice, aunque ese es un debate que nos llevaría más lejos. El sueldo del presidente del Gobierno está situado en unos 90.000 euros brutos al año, unos 7.000 euros al mes en catorce pagas, que comparados con los emolumentos del presidente de una multinacional, son 'peanuts', cacahuetes, como dicen los americanos. Es cierto que hay que tener en cuenta que los políticos de más alta responsabilidad no gastan apenas dinero en comer, en cenar, o en transportes, que es más del cincuenta por ciento del gasto del ciudadano medio.
Mientras tanto, el paisanaje, a verlas venir. Con una inflación del 9 por ciento, con casi un 13 por ciento de paro, el doble de la OCDE, y en la cola junto con Rumanía si a paro juvenil nos referimos.