El PSOE huele mal. Huele a descomposición interna y es una descomposición que llega por los barones. Tiene narices que el detonante, lo que va a desalojar a los socialcomunistas del poder sea la economía, el bolsillo, y no tanto el odio que han sembrado en las cabezas y en los corazones de millones de españoles desde hace ya muchos años. Bien está si al final, como en la canción de Sabina, llega el final.
Recuerden aquella frase del célebre asesor de Clinton: '¡La economía, estúpidos, la economía!'. Ximo Puig acaba de anunciar, días después de haber dicho justamente lo contrario, un revolucionario 'paquete' de bajadas fiscales para que las clases medias, quienes ganan menos de 60.000 euros, dejen de ser los paganos de esta crisis. En el gobierno central ha cundido la alarma y se van a dictar normas. Tras el barón valenciano vendrán muchos más, seguramente Page y Lambán.
Aquí van a acabar bajando impuestos hasta el ex falangista Revilla. Van a hacer lo que están haciendo ya Ayuso, Juanma Moreno y López Miras.