'Compañero indiferente, óyeme ahora mismo, voy a contarle a la gente la verdad del comunismo'... y del socialismo. Los más jóvenes no habéis oído jamás esta letra que pertenece a un genial cantante de aquellos lejanos años setenta y que ridiculizó a los insoportables cantautores de la época, de izquierdas todos ellos.
La verdad del socialismo y del comunismo no es otra que ruina, dictaduras, asesinatos políticos, muerte y destrucción. Eso es lo que le gusta al socialismo que, como explica el doctor Daniel Lacalle, adolece sobre todo de un afán extraordinario por el control, como principal característica. No interesa a los socialistas la distribución justa de la riqueza, menos aún la libertad, anatema para ellos porque no hay ideología más liberticida en toda la historia de la Humanidad; lo que buscan es el control. Por eso se niegan a bajar impuestos y por eso se empeñan en subirlo.
Ahora acaban de sacar al ministro Escrivá a decir que les va a quitar las competencias fiscales a las Comunidades Autónomas. ¿Por qué? Pues hombre, porque en Madrid hay un gobierno que gestiona y que gestiona bien y que, paradójicamente, teniendo la presión fiscal más baja de España es el que más recauda. Similar ejemplo constituye Andalucía, gobernada por el PP en los últimos cuatro años y que está volviendo a crear riqueza en aquella tierra depauperada por los socialistas durante 37 años.
Los socialistas son gente de una calaña muy especial; así lo podéis ver en la foto en la que aparece José Bono, un tipo que arramplaba votos en Castilla la Mancha a base de regalar relojes y su sucesor, Emiliano García-Page, al lado de uno de los dictadores más criminales de la historia: Fidel Castro. Un tipo que mató de hambre a millones de personas y que ordenó la muerte de otras tantas en cárceles cubanas. Estos son los socialistas.