¿Quién no ha soñado alguna vez con leer los pensamientos? Digamos lo que digamos, el cuerpo habla por nosotros y revela siempre la verdad, incluso aquella que tratamos de ocultar. El detector de mentiras más conocido es un instrumento llamado polígrafo que se basa en las variaciones fisiológicas y emocionales espontáneas que se producen a través del sistema nervioso. Antes se utilizaba el antiguo polígrafo con aguja, tinta y papel, mientras que hoy día se ha informatizado”, señala el investigador Youri Schillinger. Durante el test del detector de mentiras, el sospechoso permanece sentado, con varios sensores conectados a su cuerpo. El Neumógrafo registra las variaciones de la respiración en el tórax y en el abdomen del sujeto. El Galvanómetro mide y registra las señales eléctricas del cuerpo y el cambio en la transpiración. Por último el Cardioesfigmógrafo mide y registra la presión sanguínea y el ritmo del pulso.