La epica historia de los barberos

2013-04-15 226

Las primeras navajas de afeitar surgen en la Edad de Piedra (hace 2,5 millones de años). Consistían en rudimentarias piedras de obsidiana tallada cuyos filos afilados debían tallarse regularmente. Con posterioridad se utiliza el cobre, que al ser un metal blando se mellaba rápidamente por lo que debía ser bastante doloroso el afeitado. Con la parición del acero, los barberos se convierten también en cirujanos, dado la especialización de su técnica. En 1927, A.B. Moler escribe un tratado del afeitado en el que distinguía 14 zonas de la barba, por su diferente apoplejía. En 1895, el estadounidense King Camp Gillette desarrolla una maquinilla de afeitar desechable que protege la hoja con dos piezas metálicas que impiden que ésta se desplace hacia los lados y pueda cortar la cara. Seis años más tarde, junto con el ingeniero William Nickerson, inventa una hoja afilada por dos de sus lados, la hoja de afeitar que persistirá hasta nuestros días y que empieza a comercializarse en 1904.

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