Se experimenta ansiedad como respuesta a percibir un peligro o un peligro potencial lo cual genera la motivación suficiente para actuar. En este caso, la percepción es real y he aquí uno de los aspectos más crueles de este trastorno, ya que se dispara el sistema de alarma incluso en situaciones en las que se sabe que nada malo va a suceder. Deben pues considerarse los comportamientos compulsivos como una tentativa de protegerse de un peligro que el cerebro interpreta como real. En otras palabras, se están alimentando las zonas del cerebro que dan salida a las señales de alarma. Es preciso reducir ansiedad y obsesiones parando los comportamientos compulsivos. La exposición con prevención de la respuesta alteran el trastorno y el cerebro para que éste pueda al fin discernir si se está en peligro real, o no. La psicoterapia tradicional intenta mejorar el estado psicológico del paciente ayudándole a desarrollar sus problemas “internos”.