En la taberna de 'El tres de espadas',
entre guitarras y anis del moras,
¡Cómo,cantaba la madrugada
por soleares la ruiseñora!
Se acabó lo que se daba - le dijo Paco Olivares-
y la llevó hasta el artá
y ella, que lo camelaba, se puso blanca de asahares
y nunca vorvió a cantá.
Pero Paco, antes del año, empesó a vorvé de día
y a bebé sin ton ni son
y mordiendo er desengaño, la flamenca repetía
en los hierros del balcón.
¿Qué te pasa, ruiseñora?
que tengo un nío de pena y selos en la garganta,
que hasta el corasón me llora
por siguiriyas, por soleares y por tarantas
¿Qué sombra lo tiene esclavo?
¿De qué rumbo mardesío
viene este doló de clavo
Que me esbarata el sentio