Madrid, 25 febrero (CERES TV | EFE)
La plataforma de los jóvenes diseñadores, EGO, ha sido la encargada de echar el cierre a la Mercedes-Benz FashionWeek Madrid, este año convertida en un ecléctico muestrario de estilos, en los que ha destacado el rotundo clasicismo de Manémané.
La pasarela que aupara a creadores como Moisés Nieto y Roberto Etxeberría, dos de los desfiles más destacados de ayer incluidos ahora en el calendario de consagrados, ha puesto esta tarde un broche joven y experimental a la 57 edición de la cita madrileña con la moda.
Dentro de propuestas innovadoras y a veces confusas, el clasicismo de Manémané, nombre comercial de Miguel Becer, ha sido de lo que más ha convencido, gracias a su apuesta de armario para una mujer sin estridencias, con líneas sencillas, y un patrón "que no es andrógino, pero que tiene un punto", señaló a Efestilo.
La influencia del veterano Ángel Schlesser, con quien trabajó, se refleja por ejemplo en la utilización del cuero, que tiene un protagonismo especial junto a los paños de lana y la seda.
"Para mí, el riesgo está en el estilismo, en la combinación de unas prendas con otras", indicó el diseñador, que apuesta por propuestas compuestas de prendas básicas, muy bien mezcladas, en una colección ponible y juvenil con siluetas masculinas y sobrias.
Tras iniciar el pase con diseños muy veraniegos, en blanco, algo ingenuos, con cortes infantiles y amplios pliegues que recorren las prendas de arriba a abajo, apostó por atractivos vestidos en seda escocesa de tonos verdes y azules, chaquetas tipo trenca en vistosos rojos y cálidos terciopelos para los momentos más arreglados.
En el polo opuesto ha estado su compañera de desfile, Ana Pérez Valdés, para la firma Valdnad, que ha presentado una colección difícil e inspirada en "la magia, los mitos modernos y en las supersticiones".
Prendas más de día en las que ha apostado por "lo tribal mezclado con patrones contemporáneos", como las chaquetas de paño de lana, y otras propuestas en las que las prendas perdían protagonismo frente a accesorios que combinaban flecos, plumas, volantes y pasamanería.
Ya por la tarde, Pablo Erroz han subido a la pasarela un conjunto de prendas dirigidas a una mujer barroca y amante del lujo, a la que van dirigidos sus vestidos forrados con piel, plumas y en crepé de sedas negros y rojos, que han despertado una gran ovación en el público de la pasarela madrileña.
Erroz ha cosido colas de zorro a mangas de hombre y mujer y en faldas, chaquetas y complementos, en una colección que se destina a un consumidor con mucho poder asequible; de hecho, suele vender piezas por encargo a clientes extranjeros, como Europa y Asía.
Su compañero de desfile Eugenio Loarce ha confeccionado "todo a mano", una colección que homenajea a la mujer a través de vestidos ostentosos con un toque carnavalesco y en los que combina encajes, ganchillos, seda o abalorios, para un mujer "muy atrevida, pero también elegante".
De corte más experimental han sido las propuestas de Pepa Salazar y Paula de Andrés, que han mostrado también en un desfile conjunto sendas colecciones con escasas novedades y pocos puntos destacables.
La primera ha hecho un estudio sobre los patrones bases, en los que ha intercalado juegos de papiroflexia en una amplia paleta cromática; la segunda, alma máter de la firma POL, ha creado una colección que quería poner de relieve el concepto del esteticismo, a través de una propuesta "bastante masculina" y "ponible".
Por su parte, la firma Heridadegato, formada por Jacobo Salvador y María Rosenfeldt -hija de la fotógrafa Ouka Leele-, ha estado inspirada en los gitanos húngaros bajo el lema de "no sobreproducir".
Han comprado los tejidos en tiendas de barrio, sobre todo en mesas de retales, con los que han creado una propuesta que puede parecer "el ropero de una discoteca", formada por piezas que lo mismo valen para hombre que para mujer, ambos de estilo deportivo, y con prendas confeccionadas como si fueran "collages".
Dos firmas femeninas cierran la pasarela esta noche. La primera será la veterana Leyre Valiente -segundo año en EGO- con su personal visión sobre "Las brujas de Salem" de Arthur Miller, plasmada en una colección femenina que juega con los volúmenes y las texturas, y la segunda, las prendas inspiradas en la naturaleza de Ssic and Paul.
Con esta quinta y última jornada, la Mercedes-Benz FashionWeek Madrid echa el cierre a la 57 edición de una pasarela en la que han desfilado 42 creadores consolidados y 20 diseñadores emergentes, formando un amplio abanico de propuestas y prendas para la próxima temporada de otoño-invierno.
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