Aunque la ciencia se ha interesado desde hace largo tiempo en el hipnotismo, su utilización más o menos genuina como parte de espectáculos de mentalismo o de terapias alternativas, así como su propia naturaleza (la de una experiencia personalísima y difícilmente reproducible en condiciones experimentales mensurables y normalizadas) ha hecho que la mayor parte de la bibliografía producida en su entorno no tenga la consideración propia de las disciplinas científicas, sino las de las pseudociencias. El advenimiento de técnicas de escaneamiento cerebral ha permitido una mejora de los conocimientos sobre hechos en torno a este fenómeno, como la obtención de imágenes del funcionamiento del cerebro en estas condiciones particulares.