En el año 1962 el Dr. Mark Rosenzweig anunció el descubrimiento de que el enriquecimiento ambiental aumentaba el volumen de la corteza cerebral. Fue un trabajo pionero realizado con ratas que inspiró a muchos investigadores posteriores a investigar sobre el tópico de la plasticidad cerebral, la reserva cognitiva y, finalmente, la estimulación cognitiva como "terapia blanda" para el Alzheimer.