1816 fue el año que no tuvo verano, también conocido como el año de pobreza. Las anormalidades del clima propiciaron un invierno severo que destruyó las cosechas en lugares tan variados como el sur de China, el norte de Europa y del nordeste estadounidense. Las raras alteraciones del clima durante ese año tuvieron un gran efecto en el norte de Europa y el nordeste americano. Típicamente, el fin de la primavera y verano del nordeste americano son relativamente estables: las temperaturas en promedio oscilan entre 20 a 25 °C, y raramente caen por debajo de 5 °C, la nieve en verano es una rareza extrema, aunque a veces en mayo hay periodos fríos. Las consecuencias en todo el planeta fueron desastrosas. Ya que bajaron las temperaturas en todo el planeta varios grados. Las cosechas se malograron, la lluvia se triplicó en algunas zonas del mundo (como en los polos) y nevó copiosamente en lugares cercanos al ecuador como el sur de México y Guatemala.