(Vídeo) Jose Vicente Hoy, Jose Vicente Rangel 21.10.2012 (1/3)

2012-10-25 21

Había invitado para este programa, luego de entrevistar a Jorge Rodríguez el pasado domingo, para conversar sobre las elecciones del 7 de octubre, a Armando Briquet, del Comando Venezuela. Pero él me pidió diferir la invitación debido a compromisos que tiene actualmente. Queda pendiente esa entrevista sin duda de interés para la audiencia de este programa. A continuación, el siguiente comentario:

¿Por fin logra Venezuela contar con una oposición democrática, respetuosa del estado de derecho, capaz de tomar distancia de la aventura y participar normalmente en la vida pública? La pregunta es pertinente después de lo sucedido el pasado 7 de octubre, y me propongo abordar el tema con la mayor responsabilidad.

Para ello es indispensable asumir el resultado electoral sin caer en innecesarias especulaciones, ciñéndose a lo que realmente muestra de ese resultado. No cabe duda que en él hay dos datos de extrema contundencia: uno: que tanto Chávez como el chavismo se mantienen como fuerza determinante en el país, con un profundo calado en las masas y capacidad para sortear con éxito circunstancias complejas, sin que éstas hagan mella en su accionar electoral. Lo confirma el hecho de que después de 14 años de dura gestión de gobierno, enfrentando despiadadas arremetidas de los adversarios internos y externos, el apoyo popular no decrezca.

Hacer frente el 7 de octubre a un conjunto de factores tan heterogéneos y con indudable poder, y vencer con la insólita ventaja de 12 puntos, para algunos quizá sea un milagro. Pero para los analistas serios es producto del éxito de una política, de una oferta programática clara y de un liderazgo que conserva intacto su arrastre y esencias populares.

El otro dato procede de la oposición, probablemente el más polémico a la hora de examinar. La oposición que se evidenció el 7 de octubre cuenta en su seno con muchos de los que hace una década despreciaron la vía electoral y se engolosinaron con los atajos que la condujeron a aventuras tipo 11-A, golpe petrolero, plaza altamira y guarimbas y abstención. Por eso, para gran parte de los venezolanos, era una oposición sospechosa, poco confiable. Avanzar por la senda del civismo, colocar de nuevo la fe en el voto popular y tomar distancia de los irracionales, constituía algo así como una proeza. Pero la lectura del proceso electoral que acaba de terminar y sus resultados, revelan que en el seno de esa oposición cuestionada, parece haberse impuesto la sensatez, el sentido común y la disposición, por tanto, a incorporarse al proceso democrático. La conclusión que uno puede sacar es que participantes en las acciones contra la constitución y los demócratas que conviven en ese escenario están dispuesto a olvidarse de las pretensiones de tomar el cielo por asalto. El respaldo que lograron en las urnas, un poco más de seis millones de votos, constituye un reconocimiento a la línea correcta que adoptaron sus dirigentes y representa la retribución democrática al esfuerzo de aquellos