Una cadena de errores judiciales y la incapacidad de la Policía para controlarla en uno de los bastiones de ETA, permitió huir a la etarra Maite Aranalde. Rubalcaba, molesto por las preguntas, se limitó a señalar que "será detenida". Además, el juez Garzón desautorizó a su compañero Eloy Velasco.