Yedeshko recuerda los tres segundos históricos en la final de baloncesto de Munich 72

2012-08-11 131

Moscú, 11 ago (EFE).- (Imagen: Ignacio Ortega) Tres segundos pueden ser una eternidad. Si no, que se lo pregunten a EEUU, que 40 años después sigue sin reconocer su derrota ante la URSS en la final de los Juegos Olímpicos de Múnich'72, un partido que revolucionó el baloncesto.

"Nunca reconocerán nuestra victoria, aunque fue justa y merecida. Les ganamos en el deporte en el que se consideran reyes. Fue una vergüenza para los americanos", aseguró a Efe Iván Yedeshko, protagonista de la polémica jugada.

Los rusos recuerdan con orgullo el "milagro" del 72, mientras los estadounidenses prefieren las palabras "robo" y "vergüenza" y se niegan a recoger las medallas de plata que siguen guardadas en una estantería de la sede del COI en Lausana.

Los miembros del equipo soviético aún son considerados héroes en este país, ya que pusieron fin en medio de la Guerra Fría a una racha de 63 victorias y siete medallas de oro consecutivas del equipo estadounidense en unos Juegos Olímpicos desde 1936 (Berlín).

Rusia y EEUU competían en todo, desde el espacio al armamento, desde la ciencia al deporte, por lo que el Kremlin encomendó a sus deportistas en Múnich que le ganaran a los americanos en todos los deportes para demostrar la superioridad de su sistema.

El caso es que, aunque la historia tiende a olvidarlo, los soviéticos dominaron el partido desde el salto inicial y, de no ser por sus propios fallos y el arreón final de los americanos, hubieran ganado sin discusión con un magistral Serguéi Belov que anotó 20 puntos.

"Debimos ganar el partido por diez puntos, pero yo y los Belov cometimos tres errores infantiles en los últimos minutos que casi nos cuestan el partido", recuerda Yedeshko.

Cuatro décadas después los protagonistas siguen enfrentados por la última jugada, ya que tuvo que ser repetida tres veces, argumento que utilizan los norteamericanos para hablar de una conspiración en su contra.

La versión soviética es que después de que Doug Collins anotara los dos tiros libres que pusieron por primera vez por delante a EEUU (50-49), el árbitro olvidó señalar el tiempo muerto reglamentario, pero los americanos rebaten que el seleccionador soviético, Vladímir Kondrashin, no llegó a pedirlo a tiempo.

En la segunda repetición, fueron los jueces de mesa los que se armaron un lío con el reloj, que marcaba erróneamente 53 segundos, por lo que hubo que volver a sacar de fondo, lo que encrespó los ánimos de la delegación estadounidense.

Finalmente, en la última repetición, cuando los estadounidenses ya cantaban victoria, Yedeshko, base del legendario equipo soviético, dio un increíble pase "al cosmos" de casi 30 metros que fue aprovechado milagrosamente por Alexandr Belov, ante la incredulidad de rivales y espectadores.

"No tenía otra alternativa. Primero, miré a Alexandr, que asintió con la cabeza, y después a Kondrashin. Éste me dijo que sí y, sin dudarlo, lancé el balón hacia Sasha (Belov) que comenzaba a correr en el centro de la cancha", dijo.

Belov, que murió pocos años después, estaba defendido estrechamente por dos jugadores estadounidenses, pero logró elevarse sobre ellos y anotar bajo la canasta los dos puntos que dieron a su equipo una histórica victoria (51-50).

Los estadounidenses ni olvidan ni perdonan e incluso en su testamento Kenny Davis y Tom Henderson han dejado escrito que sus hijos nunca recojan las medallas de plata.

"Los americanos hablan de que hicimos trampas y que la FIBA nos ayudó, pero no es verdad. ¿Por qué no defendieron a Belov? Podían haberle hecho falta. Ellos mismos son culpables de su derrota", asegura a Efe Anatoli Polivodá, pívot que vio la jugada desde el banquillo.

Polivodá recuerda que "los americanos no tenían un gran equipo, como ahora en Londres. Entonces, eran un equipo muy joven. No eran estrellas y no merecieron la victoria. En cambio, nosotros fuimos campeones de la Universiada, de Europa y del mundo".

Mientras, Yedeshko cree que los americanos no llevaron a Múnich a su mejor equipo y echaron especialmente de menos a Bill Walton, pívot que se negó a competir para preparar mejor su salto a la NBA.

"Minusvaloraron al equipo soviético. Enviaron estudiantes sin apenas experiencia internacional. Todos nos daban como segundos, pero Kondrashin nos dijo que los americanos eran unos niñatos y que podíamos ganarles", señaló.

Los seis jugadores soviéticos y los doce norteamericanos que aún viven recuerdan como si fuera ayer cada episodio de ese encuentro que cambió la historia del baloncesto, ya que sólo a partir de entonces EEUU se tomó en serio al resto del mundo.

"Esa es la grandeza del deporte. Tres segundos de vida son mucho tiempo. Hay que aprovechar cada pase como si fuera el último", sentencia Yedeshko.

El actual equipo estadounidense hubiera querido vengarse de los herederos del legendario equipo soviético en los Juegos de Londres, pero España derrotó en la semifinal a Rusia, por lo que la deuda queda pendiente.EFE

io/nam

IMÁGENES: ENTREVISTA AL EX JUGADOR RUSO DE BALONCESTO, IVAN YEDESHKO, QUE DISPUTÓ LA FINAL OLÍMPICA DE MUNICH 1972 ANTE ESTADOS UNIDOS

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EFE TV - Madrid - 13.30 GMT.

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