La ciudad de Rustenburgo comenzó a disfrutar del ambiente de la Copa Confederaciones con el primer entrenamiento de España. Unos 1.200 aficionados, la mayoría de ellos niños de un colegio, enloquecieron con los internacionales españoles y los recibieron al ritmo de cánticos tribales. Conocían el nombre de los 23 elegidos por Del Bosque.