Unas 600.000 mujeres mueren cada año durante el parto en África, 50 veces más de las 12.000 que fallecen en Europa, según ha denunciado la ONG Matres Mundi Internacional, que ha alertado de que "la situación tiende a empeorar y que estos datos tan terribles deberían movilizar la conciencia de los países ricos". Podría reducirse a la mitad el número de muertes si las personas que ayudan en el parto se lavaran simplemente las manos, una medida higiénica que no se toma por problemas de agua, por incultura y por la situación de extrema pobreza del continente. Las mujeres que mueren en el parto fallecen porque no pueden superar infecciones que en Europa no matan, porque están desnutridas, tienen pocas defensas y padecen otras enfermedades que las tiene muy debilitadas.