El Consejo de Ministros ha dado luz verde a una reforma financiera -la segunda del Gobierno de Mariano Rajoy y la cuarta desde que comenzara la crisis- que endurece las provisiones de la banca y que incluye apoyos estatales. En este respecto la banca española deberá incrementar el nivel de un 7% a un 30% para créditos inmobiliarios considerados no problemáticos, unos 30.000 millones.