Un día se llegó a pensar que el tío Simón lo había hecho prácticamente todo: grabó a capella, con el cuatro, con duetos, con cantantes venezolanos, con un coro de niños, en un concierto ordeñó una vaca y hasta montó un caballo cantando "caballo viejo". No sabían que más hacer dentro de la carrera del tío hasta que un día Bettsimar se topó con Gabriela Montero, la pianista venezolana y se le ocurrió la idea de grabar un disco con piano. Vivieron esa experiencia sin saber que sería la última vez que Simón Díaz entraría a un estudio...