Existen pruebas de que ya en el Antiguo Egipto, en Ebers concretamente, se utilizaba la hipnosis. En un papiro de más de 3000 años de antigüedad, estudiado por Bordeaux, se indica que se utilizaba la hipnosis, con técnicas de inducción muy distintas a las que utilizamos actualmente, para llevar a los sujetos a profundos estados de somnolencia. En el bajorrelieve de una tumba de Tebas vemos a un sacerdote egipcio hipnotizando a una persona. La hipnosis se extendió a todo el mundo. En Grecia, estas técnicas de sugestión eran tan efectivas que empezaron a erigirse templos especiales llamados “templos de sueño”, en los cuales se rendía culto a Asclepios (Esculapio), Dios de la Medicina. Mesmer, muy influido por las teorías de Paracelso, quien aseguraba que existía una energía etérica creadora de materia que lo penetraba todo y ejercía gran influencia sobre los hombres, empezó a utilizar imanes, aconsejado por el jesuita Hell, para controlar la fuerza magnética y usar sus poderes curativos.