Es una de las fobias más comunes, especialmente de las que se encuentran en el grupo de la zoofobia (miedo a los animales). Hay que tener cuidado de distinguir entre la gente que teme o no le agradan las serpientes por su veneno o el peligro que implican. En cambio, un típico ofidiofóbico no solamente teme a las serpientes cuando las enfrenta sino que también le asusta pensar en ellas, verlas en televisión o en una foto. En este último caso, el miedo es totalmente irracional, de un principio de miedo racional éste se ha expandido hasta llegar a constituir una fobia. Esta fobia específica constituye un tipo de trastorno de ansiedad. Es un miedo tan frecuente que se ha llegado a pensar que sea instintivo en los humanos.