Barcelona, 10 mar (EFE).- Si no puedes con el enemigo únete a él, debió pensar Jordi Bastardas, un quiosquero barcelonés cansado de las constantes preguntas que diariamente le hacían los turistas que pasaban junto a su puesto, por lo que se decidió a instalar una gran pantalla táctil que informase a los visitantes despistados.
Las ventas del quiosco que Bastardas regenta junto a su mujer Tere, en la calle Escorial, estaba yendo a la baja como consecuencia de la crisis de la prensa escrita agravada en los últimos años con la recesión general que afecta al país.
Además de su labor informativa turística, la pantalla tienen una utilidad extra para el sector comercial del barrio, ya que cuando nadie la toca emite publicidad de establecimientos de la zona que han contratado pequeños clips promocionales a unos precios ajustados.
IMÁGENES DEL QUIOSCO. Palabras clave: efe-quiosco-turismo-informacion
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