Eran pocos, pero su mensaje era fuerte. El sábado por la noche en Tel Aviv, cerca de cincuenta árabes israelíes se reunieron frente a la embajada de Rusia en Israel, para protestar con el apoyo de Moscú al régimen sirio.
La semana pasada, Rusia, al igual que China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que condenaba las represiones del gobierno de Bashar al-Assad hacia la población civil y que buscaba una salida a la crisis de Siria a través del apoyo al plan de transición de la Liga Árabe.
Por otra parte, los manifestantes, hicieron un llamado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para intervenir rápidamente en favor de la oposición siria, solicitando abrir las fronteras del norte en los Altos del Golán para permitir el acceso a los refugiados sirios que huyen de la violencia.