Se dicta la sentencia de 25 años, para 3 hombres acusados de querer atentar contra una sinagoga y un centro judío de la ciudad de Nueva York, planeando además el derribo de aviones militares en el año 2009.
Las tres personas fueron halladas culpables de conspirar para utilizar armas de destrucción masiva en Estados Unidos, comercio clandestino de misiles antiaéreos y otros cargos que incluye conspiración para asesinar oficiales y funcionarios estadounidenses.
Por su parte en la declaración de la defensa de los sospechos, aseguraron ser víctimas de un informante norteamericano que les prometió, auto, vacaciones y mucho dinero.