En Marruecos, miles de manifestantes de varias ciudades, salieron a las calles para denunciar corrupción en el gobierno, exigir reformas políticas y cambiar la constitución, específicamente del artículo 19 dónde básicamente se le otorga un poder absoluto al rey.
En la convocatoria, denominada el Día de la dignidad, se sumaron asociaciones pro derechos humanos, partidos de izquierda e islamistas del movimiento Justicia y Caridad, todos ellos sumaron alrededor de 10.000 personas, aunque las cifras dadas por el gobierno marroquí fue de 2.000.
Sin embargo, la tranquilidad con la comenzaron las manifestaciones fueron disueltas, por la aparición de actos vandálicos y de violencia, que afectaron puestos de policía, bancos y entidades gubernamentales.
