Según las normas religiosas judías, cada siete años se debe poner a descansar la tierra, en lo que se llama Shanat Shmitá. Esto ocasiona una suba drástica de las verduras y frutas. Una de las consecuencias paradójicas es que los judíos ortodoxos compran a palestinos su producción. Muchos judíos seculares, en especial los granjeros, intentan buscar atajos para evadir las restricciones.23/10/07