Con cerca de 8.000 saltos en su haber, Michael Holmes, un instructor de paracaidismo, salta de nuevo esta vez desde 15.000 pies. El vuelo en el aire iba a cambiar su vida para siempre. Los amigos vieron con horror como los paracaídas principal y de reserva fallaron y cayó a tierra cerca del mar. Los testigos estaban seguros de que estaba muerto, pero fue encontrado entre los arbustos, vivo, con su cámara de casco que seguía rodando. ¿Cómo fue esto posible? Nueva Zelanda, 13 de diciembre de 2006. Caer de una altura 4.500 metros es algo de todos los días para Michael Holmes y Jonathan King. Ambos son instructores de paracaidismo con miles de saltos en su haber. Pero de pronto, se produce la tragedia. El video que toman de sus alumnos se convierte en un documento de una espantosa lucha por sobrevivir. El paracaídas de Michael no se abre. El paracaidista cae a 250 kilómetros por hora, tan rápido como un coche de carreras. Sus posibilidades de sobrevivir: cero.
