Madrid, 26 dic (EFE).- Hace cinco años que moría, a los 93, Gerald Ford, trigésimo octavo presidente de EEUU y el único en su historia no bendecido por las urnas.
El republicano de cara amable (un zorro de la diplomacia, hábil y oportunista) sucedió al maltrecho presidente Nixon, a quien él indultó a pesar de su directa implicación en el escándalo "Watergate".
Su imagen pública creció como la espuma en la Comisión Warren, que investigaba el asesinato de Kennedy a comienzos de los 60, cuando pasó a liderar su partido en la Cámara de Representantes y, en el 73, ocupó la Vicepresidencia nacional.
En el 74, y sin elecciones, relevó al dimisionario Nixon al frente del país.
En sus dos años de Presidencia vivió un par de intentos de asesinato, la derrota en Vietnam y una continua lucha con los demócratas, que le llevó a utilizar nada menos que 66 veces su derecho de veto.
Su Administración tocó palos como la distensión nuclear con la Rusia de Breznev y evitó una nueva guerra entre Egipto e Israel, primer paso del largo y tortuoso camino para la paz en Oriente Medio.
En el 81 dejó la política para dirigir compañías privadas, casi cinco años después de las presidenciales por las que entregó las llaves de la Casa Blanca al demócrata Jimmy Carter.
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TVEFE -Madrid- 08:28 GMT
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