La mayoría de los autores consideran que las memorias autobiográficas forman parte de la memoria episódica (Conway, Rubin, Spinnler y Wagenaar, 1992), que como vimos anteriormente, se define por el contexto espacial y temporal que la acompaña, y se diferencia de la “memoria” semántica o de conocimientos que carece de este contexto (Tulving, 1983). Según Brewer (1986) la principal característica que define las memorias autobiográficas es el contexto personal que las acompaña. Dependiendo del grado de referencia personal, Brewer distingue entre: a) memorias personales que consisten en una representación de un hecho único e irrepetible basado en imágenes; b) hechos autobiográficos que son formalmente idénticos a las memorias personales pero que no se basan en imágenes; y c) memorias personales genéricas que difieren de las anteriores en que representan de forma más abstracta hechos repetitivos o series de hechos parecidos.