Vampirismo clínico es la enfermedad mental caracterizada por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro. Es un tipo de parafilia poco común. Algunos autores la consideran una variación de la necrofilia.[5] También consideran que es una forma de sadismo ya que estos individuos chupan la sangre de las heridas que ocasionan a sus víctimas en su arrebato sexual. También se la puede incluir como un tipo de Fetichismo sexual pues consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de una sustancia o parte del cuerpo en particular, es decir de la sangre como fetiche.