Durante mucho tiempo, Samarra, ciudad al norte de Bagdad, fue feudo de la insurrección sunita. El atentado reivindicado por Al Qaida contra el mausoleo sunita a principios de 2006 desencadenó una sangrienta guerra confesional en Irak. Diez años después de los atentados del 11 de septiembre, las autoridades creen que la influencia de la organización terrorista disminuyó. Pero la lucha continúa. Un informe especial de AFPTV.