http://www.maestromehir.com.ar/fiscal-mazzuchi/
Deje su café de lado por un momento. Apoye la taza sobre el escritorio y cierre sus ojos. Relájese, relájese… imagine que a dos metros frente a usted se erigen estoicos unos barrotes, de pared a pared. Ahora imagine que a ambos lados tiene usted dos muros, mudos y sucios de dolor...
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