Cuando la policía mató a uno de sus habitantes, Tottenham, barrio pobre y multiétnico en la periferia norte de Londres, vio nacer violentos disturbios el 6 de agosto, que incluyeron saqueos y la quema de un autobús y dos coches de policía. La peor explosión de violencia vista en años en los suburbios de la capital británica. Una semana después, muchos comercios reabrieron, hay reparaciones en marcha, pero la ira persiste. Un informe de AFPTV.