Una joven residente en uno de los barrios más lujosos de Sidney ha pasado diez horas de infarto, durante las que creyó tener una bomba aferrada a su cuello. La policía acudió tras su llamada y le desengancharon un artefacto sofisticado pero inofensivo, ya que no contenía material explosivo. La joven ha necesitado atención psicológica. http://es.euronews.net/