El creciente número de candidaturas presidenciales para participar en las primarias de la oposición de febrero del próximo año, se está convirtiendo en problema. La excusa de que lo que ocurre es producto del clima democrático interno y del pluralismo que allí impera, no convence a muchos sectores de la misma oposición que más bien ven en lo que pasa una demostración de que las ambiciones se han destacado y que importa más la figuración personal que una verdadera política de unidad.