Dos de cada diez farmacias rurales en la Comunidad de Madrid obtienen unos beneficios netos inferiores a 1.500 euros al mes por prestar un servicio de salud de primera necesidad en municipios pequeños de menos de 500 habitantes en muchos casos, que no cuentan con un ambulatorio o sólo está abierto por las mañanas los días laborales. Farmacias de la Sierra norte madrileña, por otro lado, presentan incluso ingresos inferiores a 1.000 euros y algunas no alcanzan ni las 300 recetas dispensadas al mes, según datos recabados por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Es la otra cara de la moneda de una red de 2.805 farmacias abiertas en la región, que garantiza un acceso a los medicamentos rápido,