No lo digo por decirlo. Por recurrir a una alerta forzada para cerrarle el paso a una simple especulación. Nada de eso. Lo digo porque los síntomas que caracterizan al referido argumento que suele dar la oposición venezolana cada vez que presiente que no le irá bien en unos comicios, comienza a aparecer.
Nada indica que Chávez perderá las elecciones de 2012. Todo lo contrario. Hasta ahora las encuestas revelan un aumento de la popularidad de la presidente, apuntalada en una acción administrativa y de gobierno arrolladora. Dirigida a resolver los problemas fundamentales de la población. La manera como Chávez asume temas como el de la vivienda, la inseguridad, la alimentación, la educación, es contundente. En cambio que la oposición luce desconcertada, cruzada por las contradicciones internas, sin definiciones programáticas ni candidaturales, todo lo cual hace que en amplios sectores de ese mundo cunda la decepción.
