Líderes de una temible pandilla juvenil de Honduras afirman que sólo el diálogo podrá terminar con la violencia en las calles de América Central, que agobia a los países del istmo y preocupa a la Organización de Estados Americanos (OEA), que tiene su asamblea en El Salvador. Jefes de la poderosa Mara 18, encarcelados en la prisión hondureña de Támara, aseguran quieren "arreglar las cosas, a través del diálogo, como personas civilizadas".