Los maniquíes a control remoto, que ahora funcionan con baterías, pueden simular sangrados y respiración, y tienen ojos que parpadean y se dilatan. Los auxiliares médicos pueden poner a prueba sus habilidades en estos maniquíes que parecen reales. Las nuevas unidades, llenas de tecnología, son usadas en 23 centros de entrenamiento de simulación médica del Ejército de Estados Unidos como parte de un programa que enseña técnicas para salvar vidas a personal médico y no médico. Los maniquíes más nuevos son anatómicamente correctos y tienen piel similar a la real, lo que permite a los soldados poner en práctica técnicas para salvar vidas, deteniendo hemorragias y aplicando medicamentos intravenosos. Una computadora registra los movimientos de los auxiliares médicos para asegurar que estén tomando los pasos adecuados. El simulador respira y sangra, y si sangra, hay que aplicar la presión adecuada para detener o controlar la hemorragia, o el simulador "morirá".