Los vecinos del barrio barcelonés de Sarrià soportan diariamente unos niveles de contaminación acústica que supera los límites legales establecidos en esta parte de la ciudad, ya que se registra un ruido de 74 dbA entre las siete de la mañana y las once de la noche, cuando el límite legal se sitúa en tan sólo 65 dbA en horario diurno.