La vida brota de la luz y la luz formó al paisaje. En estas bellas hojas de la Pernía se plasma el rojo de los volcanes, el amarillo de la mies, el verde de los bosques y pastos, el blanco de la nieve y el azul celeste del océano fundiéndose en una composición grata a la vista y reconfortante para el espíritu. Es un arcoíris de colores acompañado de otro arcoíris de fragancias que envuelven al paisaje de aromas, matices y tonalidades.
