Nueva Zelanda se prepara para lo peor al observar como el trabajo de los socorristas llega a su fin y se pierde la esperanza de hallar vivos a los desaparecidos entre las ruinas del devastador terremoto del 22 de febrero. La cifra de víctimas fatales asciende el viernes 25 a 113. Imágenes aéreas de la zona afectada.