Se ha especulado que el limitado potencial proliferativo de las células humanas, es el resultado de los acortamientos de los telómeros que ocurren durante la síntesis de DNA en cada división celular. Es decir: cada vez que la célula se divide, acorta el telómero y, por lo tanto, el tiempo de vida total del órgano o tejido. De alguna manera, el precio de sobrevivir hoy es morirse mañana. Este proceso es parcialmente retardado por la acción de una enzima, la telomerasa, que compensa la pérdida de algunos nucleótidos del DNA telomérico durante cada ciclo celular, esencialmente protegiendo y asegurándose que los cromosomas sean replicados por completo (es decir, que los cromosomas de las nuevas células sean exactamente iguales a las de las células que le dieron origen). La longitud de los telómeros está, entonces, directamente relacionado con el número de generaciones celulares.