En los últimos años se han producido cambios en la biología molecular que nos permiten optimizar el tratamiento de cáncer, minimizando los efectos secundarios, y actuar a nivel de la prevención a partir del estudio de los procesos biológicos que subyacen en la enfermedad. Uno de los aspectos más destacados se dirige a la capacidad con la que contamos actualmente de poder analizar el ADN y/o ARN fruto de los descubrimientos y progresos en la segunda mitad del siglo XX. Todas estas innovaciones tecnológicas y en el campo de la genética molecular preparan el camino para la comprensión y el análisis funcional que se deriva de la información contenida en el genoma humano. Asimismo el estudio de algunos de los múltiples eventos moleculares que acontecen en el proceso multifactorial del cáncer, permiten ofrecer una nueva visión de los factores pronósticos al tiempo que identifican individuos con una gran susceptibilidad de desarrollar determinados tipos de cáncer.