Tienen cuatro brazos y cuatro piernas que coordinar y gustos y pertenencias diferentes. Por eso muchas veces acaban discutiendo. Si uno sube el volumen de la tele, el otro lo baja… pues cosas de hermanos que quedan en nada, porque luego son el uno para el otro. Por ejemplo, Donnie tiene miedo a la oscuridad y Ronnie le abraza para que pueda dormir. Maravilloso. Lo más fascinante es la armonía que tienen. ¿Os imagináis la solidaridad que hace falta por parte de cada uno cada vez que el otro tiene que hacer una cosa? Cuentan que una de las cosas que más les ha costado es que les traten como lo que son: dos personas diferentes. “Es lo que son, tienen sus propias vidas”, dice su hermano pequeño.