La democracia no es exclusiva de la especie humana, según han averiguado dos científicos de la Universidad de Sussex, Brighton, Reino Unido.
Tim Roper y Larissa Conradt han analizado los comportamientos de diferentes grupos de animales, como los ciervos y los cisnes, y han descubierto que las decisiones del grupo se toman por mayoría, después de una particular forma de voto. Este voto es inconsciente, pero lo que está claro es que ninguna abeja, ciervo o búfalo decide en solitario los movimientos que adopta el grupo. En estas especies existe la capacidad de adivinar cuándo una mayoría experimenta la necesidad de partir. A través de gestos sutiles, algunos miembros del grupo formulan su propuesta de desplazamiento, que es a continuación analizada y votada por el resto de la manada. El voto se expresa de diversas maneras, como levantando las patas o moviendo la cabeza.