El presidente ruso, Dimitri Medvedev, estimó que la situación en Medio Oriente era muy, muy mala y llamó a Estados Unidos a asumir un papel más activo. Medvedev añadió que para lograr la paz en la región era necesaria la retirada israelí de los territorios árabes y la creación de un Estado palestino independiente que pueda coexistir pacíficamente con Israel.