Arturo Martínez tiene una gran pasión: elevar los pies del suelo. Su trabajo le permite hacerlo de manera literal —es auxiliar de vuelo— aunque es la poesía, su vehículo hacia la evasión mental. Este madrileño de nacimiento y actual vecino de Gràcia reflexiona sobre la presente manifestación artística que, según él, es la que más similitudes comparte con la vida.